El día de los Muertos

Día de Muertos - Maravatío de Ocampo

Los días 1 y 2 de noviembre celebramos a los fieles difuntos, en donde el día primero se celebran a los niños o Santos Inocentes, y el día 2 se celebran a los adultos y a nuestros antepasados. es en estos días que los espíritus de nuestros seres queridos que ya no están nos visitan.

Como es tradición, recibimos a los fieles difuntos, a sus espíritus, con las tradicionales ofrendas, las cuales consisten, durante el día, en visitas al panteón, al lugar en donde se encuentran descansando. Con ofrendas de flores recibimos a sus espíritus ya sea en forma de racimos de flores o de elaboradas coronas hechas también a base de flores y adornadas con materiales de harto colorido.

Ofrendas del Día de Muertos
En nuestras casas se acostumbra elaborar un altar que consiste en colocar una fotografía del difuntito, veladoras que le ayudan a localizar el lugar sin problemas, se adorna además con papel picado y se coloca su platillo y bebida favorita, todo esto para que pueda alimentarse de la esencia de la comida y pueda, además, tomar fuerza para seguir su rumbo en el inframundo.

Hay familias que aún mantienen viva la tradición de rezar por el difunto, rezo que tiene como finalidad fortalecer al espíritu del difunto que tiene que enfrentarse con muchas fuerzas oscuras durante su andar.

Calaveritas de Azucar
En relación al Día de los Muertos nos encontramos con muchas leyendas, y una en particular muy bella es la de La princesa Mitzita y El Príncipe Itzihuapa. Esta leyenda se remonta hacia la época de la conquista española y cuanta que...

"En el lago de Patzcuaro, Más específicamente, en la isla de Janitzio, cuyo significado es Flor de Trigo, durante el Día de Muertos se ve a una joven llorosa caminando hacia la orilla de la isla. Esta joven es la Princesa Mintzita, hija del Rey Tzintzicha, quien va en busca sin descanso de su Príncipe amado Itzihuapa, hijo de Taré y heredero de Janitzio.

La Princesa Mintzita y el Príncipe Itzihuapa estaban perdidamente enamorados, pero la llegada de los conquistadores impidió que llegaran a desposarse y concretar con ello su unión.

Al llegar los conquistadores, tomaron como prisionero al Rey, padre de Mintzita. Ella, con el afán de rescatarlo, ofreció a los malvados españoles el fabuloso tesoro que se encuentra sumergido entre las islas de Janitzio y Pacanda.

El Príncipe Itzihuapa, preocupado por liberar al Rey, valientemente fue con los españoles a entregarles el codiciado tesoro, pero al llegar al lugar indicado por la luz de las estrellas, las sombras de los remeros que se reflejaban en el agua sumergieron al Príncipe Itzihuapa y también a los españoles, ocultando bajo las aguas al Príncipe y ahogando a los otros.

De esta forma el Príncipe Itzihuapa se convirtió en uno más de los guardianes de tan inmensa riqueza y la Princesa Mintzita abandonó este mundo esperando por el a la orilla de la isla."

Por esta razón es que en el Día de Muertos se ve caminando a la Princesa por la orilla del lago, con sus ojos llorosos, ojos que por siempre han esperado a su príncipe quien en este día sale de las sombras del lago y subiendo por la empinada ladera de la isla se encuentra con su Princesa, y ambos cobijados por la luz de las estrellas, proclaman su amor, ocultos bajo el manto de la oscuridad.

Calaveritas de Azucar.

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